Habrá un padrón de Instituciones de Tecnología Financiera autorizadas

En qué va la Ley Fintech

Nos han preguntado en redes sociales el estatus de las empresas que ofrecen servicios y productos financieros usando la tecnología después de la aprobación de la Ley Fintech en marzo de 2018, y por eso hoy te vamos a platicar en qué va este proceso.

Después de la aprobación de la Ley Fintech, que tiene como objetivo regular las operaciones de las Instituciones de Tecnología Financiera (ITFs), se escribió y publicó la regulación secundaria que marca las reglas que estas empresas deben seguir. Esto sucedió en septiembre del año pasado y se otorgó un plazo de cumplimiento para todas las empresas que ya operaban, que tienen hasta septiembre de 2019 para hacer ajustes en su forma de trabajar.

Las reglas que las fintech deben seguir

Esta ley busca regular a las empresas en 4 puntos básicos:

  • Estándares mínimos de ciberseguridad
  • Estándares mínimos para la custodia de fondo
  • Estándares mínimos respecto a las características de los gobiernos corporativos de las empresas que manejen fondos de sus clientes
  • Mecanismos de queja y solución de controversias

Con esto en mente, hoy las empresas del ecosistema fintech que ya operaban antes de la publicación de la ley están creando departamentos de cumplimiento que permitan lograr los estándares que el regulador, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), exige.

“La regulación obliga a las empresas a tener manuales y procedimientos de PLD (Prevención de Lavado de Dinero), KYC (Conocimiento del Cliente) y ciberseguridad; lo que implica un costo. No obstante, esto no lo consideramos como una ‘traba’, sino un trade-off de inversión que genera confianza en los usuarios y que con ello permite a las empresas aumentar sus usuarios y así crecer y seguir innovando”, comenta Felipe Vallejo, Director de Políticas Públicas y Asuntos Regulatorios de Bitso, una empresa dedicada al comercio de criptomonedas, con quien ya hemos hablado.

Bitso es un ejemplo de empresas fintech que ya tenían una autoregulación robusta, con estándares internacionales que le permitían operar forma segura, por lo que Vallejo afirma que los cambios que han tenido que hacer son mínimos y su naturaleza está enfocada en modificar la forma en que presentan su operación.

Sin embargo, una de las promesas que distinguían a las ITFs era la rapidez y facilidad para que el usuario tuviera una herramienta financiera y en este punto, hay empresas que han tenido que hacer múltiples modificaciones a su plataforma para cumplir las regulaciones.

“La ley es algo positivo, nos dan nombre y apellido, la gente nos distingue, hay equidad en competencia, confianza en los usuarios. Pero es una ley con reglas estrictas y hay que hacer muchos cambios e inversión. Habrán empresas que no lograrán ser reguladas o que no logren lanzar su proyecto”, dice Gerardo Obregón, Fundador y Director General de Prestadero, una empresa de préstamos entre particulares (P2P – peer to peer).

En el caso de Prestadero, tendrán que agregar pasos nuevos a su registro de usuarios, una etapa que es crucial para la retención de clientes pues un registro complicado significa que menos personas lo completarán.

Se creará el padrón de Instituciones de Tecnología Financiera autorizadas

En septiembre de 2019 se vence el plazo para que las empresas que ya estaban operando previo a la aprobación de la Ley Fintech cumplan con lo requerido por la regulación y soliciten su licencia ante la CNBV para operar, sean registrados en el padrón de entidades autorizadas y cumplan la ley.

De acuerdo con Mari Nieves Lanzagorta, Directora General Adjunta de Comunicación Social de la CNBV, la entidad se encuentra en la fase de solicitud de autorizaciones y podrán recibirlas hasta los primeros días de septiembre y después de eso se decidirá si son aprobadas o no.

“En la medida que empiecen a darse autorizaciones, se creará el padrón de Instituciones de Tecnología Financiera autorizadas”, dice Lanzagorta, quien agrega que las entidades que requieren la autorización de la CNBV para operar son las que tienen dentro de su objeto de negocio el fondeo colectivo (Crowdfunding) y fondos de pago electrónico (e-money).

Mientras tanto otras empresas fintech que no manejan dinero sino que ofrecen servicios como las que hacen comparativo de seguros, no requieren de una autorización por estas instituciones.

Una vez que existan empresas autorizadas, será la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) quien se encargará de resolver controversias entre usuarios e ITFs.

Seguiremos con el seguimiento del tema y les iremos contando cómo va avanzando.

Texto de Ximena Soto

Amante del cine, la literatura, la comida y la cultura pop, periodista egresada de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García con 10 años trabajando en medios de negocios, emprendimiento y finanzas personales.