¿El trabajo no termina ni cuando estás de vacaciones porque hay un pendiente que no puede esperar? ¿Has experimentado estrés y agotamiento laboral crónico? ¿El exceso de trabajo ha minado tu motivación y tu salud? De acuerdo con la OMS, el burnout -mejor conocido como “estoy tronadísimo o quemadísimo por el trabajo”- es una de las grandes enfermedades laborales en la actualidad.
Una encuesta de Deloitte demuestra que 77% de los trabajadores ha sentido burnout en su trabajo actual; más de la mitad dice que más de una vez, y 83% también dijo que ese agotamiento ha afectado sus relaciones personales.
¿Crees que la pasión por tu trabajo cambia algo? De los encuestados, 87% se siente motivado por su trabajo. Aún así, el 64% se siente estresado o desmotivado: 17% todos los días; 32% algunos días a la semana, y 15% una vez a la semana.
¿Cómo detectar si tienes burnout?
Las psicólogas Christina Maslach y Susan E. Jackson crearon la MBI (Maslach Burnout Inventory). Se trata de 22 enunciados que se mide en una escala de 7 niveles para determinar qué tan grave es tu caso; aunque este inventario originalmente era para personal médico.
Para el público en general se creó después un inventario que solo incorpora 16 frases:
- Estoy emocionalmente agotado por mi trabajo.
- Termino acabada al final de la jornada laboral.
- Tengo cansancio al levantarme por la mañana y tener que enfrentarme a otro día de trabajo.
- Trabajar todo el día realmente es estresante para mí.
- Soy capaz de resolver eficazmente los problemas que surgen en mi trabajo.
- Me siento «quemada» por mi trabajo.
- Siento que estoy haciendo una contribución eficaz a la actividad de mi organización.
- Desde que comencé el empleo, he ido perdiendo interés en mi trabajo.
- He ido perdiendo el entusiasmo en mi trabajo.
- En mi opinión, soy muy buena haciendo mi trabajo.
- Me siento realizado cuando llevo a cabo algo en mi trabajo.
- He realizado muchas cosas que valen la pena en mi trabajo.
- Sólo quiero hacer mi trabajo y que no me molesten.
- Me he vuelto más cínica acerca de si mi trabajo vale para algo.
- Dudo sobre el valor de mi trabajo.
- En mi trabajo estoy seguro de que soy eficaz haciendo cosas.
Asignando los puntos entre paréntesis, cada enunciado se debe calificar de la siguiente manera:
- (0) Nunca
- (1) Muy rara vez a lo largo del año
- (2) En algunas ocasiones a lo largo del año
- (3) En bastantes ocasiones a lo largo del año
- (4) Frecuentemente a lo largo del año
- (5) Casi cada día
- (6) Cada día
¿Cómo obtienes tu escala de burnout?
Los enunciados 1, 2, 3, 4 y 6 determinan el Desgaste Emocional (D.E.); las frases 5, 7, 10, 11, 12 y 16 sirven para medir la Eficacia Profesional (E.P.); por último, las afirmaciones 8, 9, 13, 14 y 15 califican el Cinismo (C.)
Ahora calcula tus resultados de acuerdo a esta tabla para saber si tienes bajo, medio o alto en cada una de las áreas:
Pero… ¿qué hacer con el burnout en la oficina?
Solemos llegar a estos puntos porque pensamos -los jefes o Recursos humanos piensa- que tenemos que estar todo el tiempo trabajando para ser productivos y que el descanso es una pérdida de tiempo.
Sin embargo, de acuerdo con Alex Pang, el autor de Rest y Shorter, los estudios han demostrado que el descanso alimenta la productividad. Por el otro lado, evitarlo nos puede llevar a rendir menos y acabar con burnout.
Esto no es solamente de “respira hondo y aguanta”; tu tarea es proponer algunos lineamientos y técnicas para reducir el estrés y el agotamiento físico, mental o emocional en tu trabajo. La idea es que también ayuden a mejorar el enfoque y la productividad, para que haya menor resistencia a implementarlos.
Acciones para proponer en tu trabajo
Compártelas con tus compañeros para que puedan tener más peso al proponerlas. Lo ideal es que busquen que se adopte al menos una cada semana:
Solicitar las tareas y objetivos de cada área
Esto les ayudará a que cada uno conozca sus deberes, evitará la duplicidad de trabajo, que algunos realicen la chamba de otros y puedan medir más claramente los resultados. Lo anterior permitirá eficientar la operación de la empresa.
Proponer el uso de herramientas de comunicación exclusivas del trabajo
Unos ejemplos son el correo de la empresa y Slack para comunicarse con los equipos, también algún software como Google Drive, Meet, One Drive, etcétera para complementar. Al evitar el uso de WhatsApp, Telegram o cualquier servicio de mensajería que uses para tu vida personal, será menos probable que en las empresas se mantenga el contacto fuera del horario laboral.
Acordar que la resolución de pendientes será dentro del horario laboral
Esto es para ¡todas las áreas! Si algo excepcional “urge” —no se vale que sea “de vez en diario”—, definan la hora en la que se llamarán para resolver esos pendientes.
Combatir la “juntitis” definiendo horarios y reduciendo la duración de las reuniones
De acuerdo con algunos estudios, se recomienda evitar juntas en las horas más productivas del día (las primeras 3 o 4 horas de la mañana). Asimismo, no pueden durar más de 40 minutos y es superimportante llegar con una minuta o agenda de trabajo previo, para que nadie pierda el tiempo.
Comprometerse a reducir las distracciones
Si pasan muchas horas en la oficina, pero también en redes sociales o haciendo cosas personales en el horario laboral está en chino salir a tiempo. Buscar que enfocarse sea una forma de trabajo da mayores herramientas para negociar con los horarios.
Proponer 1 o 2 días de home office a la semana
Muchas personas se tienen que desplazar por largas horas para llegar a la oficina y eso siempre genera un estrés adicional.
Introducir una semana laboral de 4 días o jornadas laborales de 6 o 7 horas
¿QUÉ? Sí, así como lo lees. Hay estudios que demuestran que las jornadas laborales cortas suben la productividad de la empresa. Es seguro que al principio sea difícil adoptarlo o que tus jefes piensen que estás loco, pero reducir el horario laboral, aunado a prácticas de productividad, permite combatir el agotamiento laboral. Busca el libro Shorter de Alex Pang para más referencias.
Cambios personales para reducir tu estrés (y el burnout):
- Prioriza tus actividades, realiza las más difíciles o que requieren mayor reto cognitivo al inicio del día y deja las otras para el resto del día.
- Evita traer la oficina en el bolsillo y con esto me refiero al correo sincronizado a tu teléfono personal, archivos, documentos, etcétera.
- Toma un tiempo libre al día para recargar pilas. De acuerdo con estudios se recomienda tomar unos minutos cada 2 horas para levantarse del escritorio, hacer unos ejercicios o meditar.
- Aprende a decir “no” o pedir plazos más adecuados. Es común que los empleados sientan que no pueden negarse a una tarea o actividad adicional a la sobrecarga de trabajo o que los distrae de sus actividades prioritarias por miedo a perder el empleo, pero aprender a decir “no” te permitirá mantenerte enfocado y productivo en tus tareas diarias. Cuando lo hagas explica cuáles son las prioridades de tu área o cuáles son los tiempos que toma lo que te solicitan.
Sé que son muchos cambios, pero una vez que propongas una primera acción, con el propósito de reducir el agotamiento laboral, verás que es más fácil de lo que imaginas, ya que no sólo será un beneficio para ti sino para toda la compañía y los que ahí laboran, pues se incrementará la productividad, el balance de vida y la satisfacción por el trabajo realizado.
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