¿Registro o control de gastos?

¿Anotas tooodos tus gastos pero de todos modos llegas arañando la quincena?

Muy probablemente, ya diste el primer paso -el registro- pero te falta uno más importante: el control.
En Oaxaca platicaba con Alejandro, el director de mercadotecnia del grupo al que pertenece la librería La Venturosa, sobre esta confusión.

Hay gente que sí llega a hacer el hábito de anotar sus gastos (aunque de acuerdo con encuestas de Condusef tampoco son muchos: sólo 1 de cada 10) pero hay dos razones por las que se pierden en el camino: después no analizan esos registros para ver dónde pueden hacer el pitencial mochón o en qué se están pasando y la segunda es que escribir no es necesariamente controlarlos.

 Alejandro me hizo una analogía de cubetas que me parece muy buena (aunque él estaba hablando de los gastos de una empresa, aplica perfecto a los de una persona o familia): 


Registro es cuando cuentas cuántas cubetas llenas, pero control es cuando tú puedes abrir o cerrar la llave cuando quieras.


Si no puedes aumentar o bajar tus gastos como tú quieras, no los controlas a ellos sino ellos a ti.

De Random


Para poder dar este paso, aparte de conocerlos hay que hacer como categorías, algunas se utilizan en las empresas:

1. ¿Cuáles son los gastos fijos y cuáles los variables? Un gasto fijo sería por ejemplo la renta o la mensualidad del crédito hipotecario, mientras que un variable puede ser el gasto en cine, en restaurante o si tomas clases de algo por número, bajar la frecuencia. En general los gastos variables son más fáciles de reducir, aunque también es donde hay más fugas porque a veces no tomamos en cuenta todo lo que gastamos en ellos.

2. ¿Cuáles son los gastos indirectos de las actividades que realizas? A veces ir al cine no implica sólo el boleto, también gasolina, estacionamiento, palomitas… ¿cuáles de esas actividades te están costando más y cómo cambiando tus hábitos podrían modificarlas (ej: si vas con tu casi vecina, turnense para pasar por el otro)

3. ¿Tus costos cambian con la frecuencia o volumen? En esta parte entran tanto los gastos estacionales o cíclicos (cortes de cabello, en los que en lugar de cada dos meses, pueden ser cada dos y medio o tres) y hasta las idas frecuentes al super: los que no planean menús semanales y van a cada rato al super compran más porque les cuesta más a veces por volúmenes pequeños (ejemplo papel de baño o productos de limpieza) y se les pegan más cosas en el camino. También aplican los que bajan de costo unitario entre más uses.

Conociendo estos puntos, probablemente un mes puedas intentar reducir un apartado y en otro dejar ese con más lanita, pero bajarle a otros. 


Si tus gastos del mes efectivamente bajaron como tú lo esperabas, entonces ya estás logrando «abrir y cerrar la llave» y aparte de tu fondo de emergencia, ante cualquier eventualidad puedes recurrir a ella para fondearla y lo mismo si tienes una meta de ahorro de corto o mediano plazo.


Claramente es importante tener los gastos bajo control, pero si vivir al límite de la frugalidad te cansa, busca cuál es ese nivel de gasto manejable y después puntualmente ejercita el control de  los gastos en las áreas que quieras ir variando para que no te aburras y te salgas del huacal. Buen jueves!!!

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