Un Nobel en Twitter

Cuando Paul Krugman (que podría ser mi padre según este post) ganó el premio Nobel me encontré con la gratísima sorpresa de que aparte de ser un genio de la economía tenía un blog muy amigable para los -no-versados-en-esas-cuestiones, pero hace un par de semanas hice otro hallazgo por el que me parece más tipazo aún: tiene Twitter!!!.

Aunque la mayoría de las cosas que sube son llamados a las entradas de su blog, está muy interesante seguir a este H señor. Si lo quieren agregar: http://twitter.com/PaulKrugman

Por cierto, ahorita estoy leyendo «Vendiendo prosperidad», un libro suyo que por el título le queda como anillo al dedo a la actual crisis en EU, pero no, fíjense que es de 1994, lo acabó un par de años después de la entrada de era Clinton, que venía a salvar a EU de los malos manejos económicos de los republicanos (cualquier semejanza con el día de hoy esperemos que no sólo quede en coincidencia). Me lo prestó uno de los economistas que más admiro en la vida, quien lo atesoraba en la repisa de su oficina.

No llevo mucho, pero en las primeras páginas habla de lo peligrosas que son las «teorías económicas mágicas» en tiempos de crisis. Encontré una cita que me encantó porque ilustra cómo hasta entre los capitalistas hay ra.. tipos:

«Cuando comencé a escribir este libro, lo concebí como un ensayo más o menos partidista. En esa época, los conservadores todavía ocupaban la Casa Blanca (Bush papá, esta aclaración es mía, no de Krugman), y yo soy liberal, es decir creo en una sociedad que grava a los acomodados y utiliza los recursos recaudados para ayudar a los pobres y los desgraciados. Y me enfurecía la forma en la que se estaba utilizando la mala economía y los espurios éxitos que se alegaban para justificar un programa que ayudaba a los ricos y perjudicaba a los pobres y que tampoco hacía nada positivo por la economía. Sin embargo, el libro cambió de forma a medida que fui trabajando en él, no sólo porque los demócratas ganaron las elecciones de 1992, lo que hizo que ya no fuera tan oportuna una crítica pura de la economía conservadora, sino también porque al tratar de encontrar sentido a los debates económicos de las últimas décadas, me quedó claro que la línea divisioria entre el pensamiento económico serio y la medicina económica patentada, entre los profesores y los vendedores de políticas económicas, es al menos tan importante como la línea divisoria entre la izquierda y la derecha«.

Las tentaciones para oír a los charlatanes en las crisis son mayores. Seguiré leyendo y les cuento. Bonito fin de semana. Oink$$$$$$$$!!!!!!!!!

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