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¿Las finanzas personales son hereditarias? No siempre…

Ustedes disculparán que no se haya publicado este post ayer martes (publicamos mínimo martes y jueves), pero hubo una catástrofe con mis fotos (las perdí al pasarlas a un disco duro que murió) y entre ellas había unas de Minería, pero acá está con mucho cariño.

Toooodos los que nos acompañaron en la FIL de Minería!!!
De FIL Minería 2012

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Ahora sí: ¿Las finanzas personales son hereditarias? No siempre…


Lo digo en todo sentido, aunque evidentemente en la mayoría de los casos los niños aprenden sus hábitos financieros del ejemplo de los papás, no hay un cromosoma G que nos haga ser gastalones o A de ahorrativos. 
En el más amplio sentido incluso hay familias en las que una generación logró reunir una fortuna… y la siguiente sólo dilapidarla. Lo mismo pasa con las herencias sorpresivas o el sueño guajiro de ganarse el Melate: tener el dinero es casi receta de quedar peor que antes de que hubiera caído si no tenemos hábitos de administrar y planear a futuro.
Bueno y tanta seriedad como a cuento de qué o qué… Pues resulta que en la FIL de Minería (que estuvo muy chistosa, ya les platicaré nuestras andanzas más abajo en este post) cayeron varios ejemplos relacionados con las familias, el dinero y si los hábitos financieros son heredables o no.
Salvador Camarena, el presentadorzazo, contaba como su abuela le daba dinero sin ton ni son, ni reglas al respecto, lo que para él es una clara forma de confundir a los hijos/nietos sobre el valor del dinero y cómo hace unas semanas se «cachó» haciendo básicamente lo mismo: iba en el metrobus con su hijo y como sólo tenía dos billetes de 500, discretamente arrugó uno y se lo pasó a toda velocidad antes de que cerrara la puerta en la parada en la que se bajaba el chico – que por cierto, es un mediano cerdo capitalista de 16 años, pero ya preocupado por invertir bien su dinero-, esto sin ninguna regla de si le debía dar el cambio o no o para cuánto tiempo era ese dinero. Olvidó esta parte porque su preocupación del momento es que su hijo no fuera a andar sin lana… cuando él mismo sabía que 500 pesos no era precisamente dinero de supervivencia de un día para un adolescente.

De FIL Minería 2012



Pero también apareció esta preocupación en los lectores que nos acompañaron: El primero en comentar fue Dany. Él en realidad no tiene problemas financieros, ahorra y se administra bien (hasta tuvo problemas en la firma para decirme cuál es su coco en el dinero) … pero su mamá es otra historia: ella sí peso que entra, peso que se gasta. Su pregunta en Minería era ¿Es posible que los hijos les enseñen finanzas personales a los padres o hay barreras como la edad, que ellos son los que sienten que pueden enseñar etcétera, que lo impiden?


Yo creo que los hijos -y especialmente los niños porque esos te sueltan las cosas de sopetón y sin segundas intenciones – sí pueden enseñarles a sus papás finanzas sanas. A veces sí a través de su forma de ser (me platicaban un caso en Oaxaca), el famoso «ya lo traen» y andan regañando a sus papás de que por qué no ahorran si ellos ya tienen su cochinito, pero otras pues sí pasándoles sus propias lecturas de finanzas personales, como fue el caso de Dany, o platicándoles lo que ustedes han aprendido y puesto en práctica con «resultados garantizados». Ya le prestó el Pequeño Cerdo Capitalista a su mamá y dice que aunque todavía no comienza a ahorrar, al menos está poniendo en orden sus deudas y ya no gasta de más.


El segundo caso sí era al revés: la mamá trabajó en Recursos Humanos de una casa de bolsa por muchos años, entonces como que todo el rollo financiero, del ahorro y de la inversión sí le suena… pero se arranca los cabellos porque su hijo se quiere gastar todo en juegos para el Wii (estaban los dos y ella lo acusaba conmigo). Mi impresión es que los dos tenían la razón en parte… o ambos estaban mal en parte, como quieran verlo: ella quería que se pusiera ahorrar y no gastar en «tonterías», para él eso no era una tontería, dice que es con lo que hace ejercicio y aparte se entretiene.


Yo creo que ahí hay dos cosas: 


– Ella insistía que ella le había tratado de inculcar el hábito del ahorro tanto con el ejemplo, como hablando con él. Pero había una falla en su pedagogía: él no ahorraba porque cuando le pregunté si tenía alguna meta a futuro, me dijo que de momento no ¿y para qué se tendría que dejar de comprar videojuegos si ÉL no piensa que haya algo a futuro mejor en qué gastar? (no que en la realidad no lo haya, hay mil cosas e incluso por previsión debería de hacerlo, pero lo importante del ahorro es TU razón, no las de otros). A él lo único que le pedí es justamente que pensara en sus metas futuras, si no, nunca iba a ahorrar.


– Lo segundo es precisamente que el respeto al gasto ajeno es la paz. Siempre nos quejamos de como el de al lado se gasta su dinero en «puras tonterías»… pero chance para el otro, nuestros libros o salidas, decoración de la casa, ropa, viajes, maestría, computadoras o lo que sea en lo que se den permiso de gastar es igual de tonto para ellos. De verdad que salvo que sea algo que compraste para tirar a la basura o que te tranzaron, no hay una categoría que se llame «gastos tontos», eso depende de qué sea importante para ti. 


Dicho esto, no era grave que este chico se comprara un Wii… lo grave es probablemente la cantidad: que todo se le fuera en eso y a pesar de andar en sus treintas no hubiera empezado a ahorrar, entonces era más un tema de moderar la «categoría de gasto», que de eliminarlo por completo.


Y el último caso de que las finanzas pueden ser modificables en familia es el de Gabriel. Él me había dicho por twitter que iba a venir en «coche sardina» a Minería, con toda su familia. A mí dio una risa como de tirarse a patalear en el suelo, pensando obvio que era broma. Aún llegó a la firma y me lo dijo y yo seguía pensando que era chiste… y no, de hecho los otros integrantes del coche sardina no llegaron a la firma porque los multaron por venir ocho en un Pointer y se llevaron el auto al corralón. 


En fin, él venía porque una tía suya le recomendó el libro. Resulta que los reyes Magos eran un poco marros con Gabriel cuando era chico, entonces cuando creció y empezó a ganar su propia lana decidió comprarse todo lo que pidió y no le habían traído. Sobra decir que los juguetes vintage pueden ser caros y que además las Cartas a los Reyes Magos pueden ser de varias páginas para cada año, por lo que auto hacerla de Melchor, Gaspar y Baltasar consumieron sus ingresos. Su tía, probablemente pensando que eso era una forma de «pseudo terapia financiera » (página 31 del Pequeño Cerdo Capitalista), le dijo que leyera el libro… no sólo le gustó sino que ahora los otros siete que terminaron en el corralón, también se lo están empezando a rolar.


En las familias, más que en cualquier otro tipo de grupo social, no se trata de «repartir la pobreza», sino de justo poder contagiarse buenos hábitos y poder hacerlo un tema cotidiano para compartir la prosperidad (nada me hace más feliz que cuando me twittean que «el otro día en una comida familiar»… estaban hablando de «x» tema financiero). Y si ya quedamos que no hay factores genéticos para el tema, la familia de «Gastón Ramírez», bien puede volverse la de «Abundancia Mejía».


Y ahora sí. las anécdotas curiosas, aparte de lo del coche sardina, que es de risa loca, los lectores y yo tuvimos una aventura: como ya nos andaban corriendo de la sala porque seguía Trino (se lucieron, al cerdito le dieron la sala de actos :o) tuvimos que armar una firma clandestina en otro lugar… ahí entre sillas y triques tomamos las fotos de los que faltaban y firmamos libros. No sean gachos, mándenlas. Obviamente había alguien que «echaba aguas», al cual le mando un gran beso.

Me divertí como enana realmente y fue un gran placer ponerle cara a los avatars/arrobas (los que tienen caricaturas estaba cañón reconocerlos eh!), conocer a las mamás que sus hijos habían mandado por el libro (como Ale, la del cadete) y hasta oír escandalosas confesiones como: «Iba a comprar tu libro pirata, pero dije, mejor no, luego compro el original y a la semana me lo gané en Chilango». 


En fin, gracias por querer al cerdito, porque me queda claro que cuando los escucho preguntar o me tienen la confianza de contarme las metidas de patas que ya van arreglando, eso es cariño. Este cerdito, los quiere mucho mucho también 🙂 AbrazOINKS$$$!

La primera fila para la Firma
De FIL Minería 2012



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