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Hablar de dinero, cosa de agarrar el paso

¿Les ha pasado que algo que creían que era super difícil cuando lo intentan se dan cuenta que lo único complicado era empezar? Después de este fin de semana estoy no segura, segurísima de que hablar de dinero entra en esa categoría.

El sábado fui a casa de una prima y su esposo, explícitamente a comer para platicar de qué iban a hacer con ciertos dineros que acaban de recibir.

La primera media hora que hablamos del tema ( ya habíamos estado cotorreando de otras cosas)  ella le estuvo dando tantas vueltas al asunto que si hubiéramos medido en kilómetros seguro se echaba el maratón de la ciudad de México.

Al principio sólo hablábamos de sus metas en general ( estaba incrédula de que eso fuera más importante que el mejor instrumento, normal, a todo el mundo le pasa) y de sus deudas, hipoteca etc… Cuando estábamos en el plano conceptual todo bien, pero nomás llegamos a los números y se empezó a poner roja roja.

Total le daba tanta pena decirme el monto, que lo quería escribir en su celular. Yo para este punto estaba tan divertida con la situación que ni le decía que no se preocupara, que estábamos en confianza ( éramos su esposo, su hermana, otro primo super cercano y yo). De malosa sólo estaba esperando a ver qué hacía.

Y la cosa hubiera seguido así si su esposo no hubiera llegado y le hubiera dicho: ay ya dile cuánto, ¿qué tiene?

 

Ella toda medio entre risas, medio apenada y viendo a su hermana me dijo: es que en mi casa nunca se habla de dinero y nos da una pena espantosa platicar de cifras o deudas. La hermana asintió.

 

Al final el esposo sacó un archivo en el que tenía sus deudas contabilizadas ( ya me habían dicho por fin cuánto era el monto) y aunque había muchos planes nos dimos cuenta que no iba a alcanzar para todo y priorizamos en «cajoncitos» el 50% se iba a pagar tarjetas (no era el gran total de los tarjetazos pero alcanzaba como el 80%), otro 35% a ahorro para su patrimonio y otro 15% a formar su fondo de emergencias.

 

Lo que quedó fuera fue:

adelantar mensualidades al crédito hipotecario, que llevaban dos años pagando ( pero esas iban a salir del aguinaldo y de la devolución de impuestos para dar al menos dos por año y acelerar su hipoteca como en este post de Karla Bayly)

ahorrar para un gran viaje que quieren hacer a medio oriente, pero se dieron cuenta que si dejan de pagar tantos intereses a las tarjetas de ahí sale para la travesía.

Aunque sus decisiones fueron muy interesantes y acertadas ( yo no hice demasiado, sólo proveer una manera de analizar )  lo más fascinante fue como en un par de horas pasamos de tener que escribir las cifras al celular a poder hablar de pros y contras con pesos y centavos…. Con parte de la familia en frente (su hermana y mi otro primo).

Esto va a ser como del filósofo de Güemez pero la naturalidad para hablar del tema de dinero sólo se logra empezando a hablar de dinero.

Al final ya discutían si en términos financieros era conveniente que la hermana comprara un coche y no sólo si el modelo «x» o «y» estaba padre, si requerían un fondo líquido para emergencias y en la comida nos estuvimos riendo de cómo unos critican a otros porque gastan en relojes y tennis y los otros a ellos porque gastan mucho en salidas ( el respeto al gasto ajeno es la paz… Sobre todo porque siempre pensamos que el otro gasta en tonterías, pero lo mío son buenas compras). Casi podría decir que se quitaron un peso de encima al poder platicar tan relajadamente de esto.

Y no tiene por qué ser diferente a una sobremesa donde platiquen de las últimas dietas, el libro de moda, el viaje de fulanito o los estudios de sultanito, es simplemente cuestión de práctica! De veritas que si les preguntan a ellos, hasta divertido es!

Buena semana y a quitarle lo tabú al dinero.

P.D. En este blog hay sección de Dinero, Pareja y Familia por si le quieren echar un ojo y facilitar Hablar de dinero.

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