El viernes alcancé a Mael a una comida con un amigo suyo que cada vez que sale con él algo se compra: una vez se les «atravesaron» unas botas Dr Martens (sí, como las de Gloria Trevi, pero para hombre) que tenían descuento…
La siguiente ocasión fueron a Shelter y como unos Nike extravagantes tenían 2x 1 y medio ¡se los tuvo que comprar!…
Esta vez que llegué, traía una bolsa con unas bocinitas que costaron 189 pesos y mientras esperábamos que nos sirvieran el café encontró un disco «buenísisimo» de tributo a Led Zeppelin, que «al fin costaba menos de 100 pesos».
Total que este hombre se pregunta cómo es que nunca tiene dinero, pero ¿cómo va tener un peso si nomás ve descuento o «99.99» y decide que es un gran ahorro y lo compra?
Mi punto es: si no habías pensado comprar antes de verlo, al adquirirlo no estás ahorrando, si acaso estás gastando con descuento.
Este es el mismito principio de las ventas nocturnas (Karla Bayly hizo un post al respecto), las baratas y «aprovechar los meses sin intereses» a la menor provocación: los ahorros sólo son ahorros cuando tenías una compra planeada y esperas a que la rebajen para hacerla, no cuando algo que se te aparece y tiene una de esas infames etiquetas de «-10%» o «3X2» y no puedes dejar pasar la oportunidad… de gastar de más.
Es tan fácil como esto: si las baratas realmente funcionaran y fueran un ahorro, la gente que es adicta a ellas tendría una cuenta de ahorro de seis ceros. Normalmente no pasa así, es más a veces no existe tal cosa como cuenta de banco en su vocabulario.
Si quieres gastar está bien, pero hazlo sin maquillarlo como un ahorro, porque al final es un autoengaño.
Este post suena amargoso y regañón… puede que ese mismo tono haya utilizado con el pobre amigo, pero creo que al menos su quincena lo agradecerá oooooo será un gastalón confeso y no uno de closet-disfrazado-de-ahorrativo. Oink$$$$$$$$$!!!!!!!!