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Una probadita del libro…

Para los que aún no se han convencido de comprar el libro o no tienen algún novio, novia, esposa o muy buen cuate que ya se los haya regalado, ahí les va un cachito del extracto del capítulo de inversiones de Pequeño Cerdo Capitalista que se adelantó en la revista Dinero Inteligente de Abril… anímense a comprarlo!! Oink$$$!!!

No es por descorazonarte, pero aunque ahorrar es un gran


logro, si te quedas ahí, nomás hiciste la mitad de la tarea.


Si ya “limpiaste la casa” en tus finanzas, te organizaste y


lograste ahorrar, lo mínimo que debes hacer es que trabaje


al máximo ese dinero que conseguiste sacarle a tu presupuesto


recortándole a los gustitos. A eso es a lo que le llamamos


“invertir”. Es el paso siguiente al ahorro y es poner el


dinero a trabajar para ti.

….. (ACA VAN OTROS SUBTÍTULOS, PERO VAMOS A UN BÁSICO DEL EXTRACTO)

Tus metas, lo más importante que debes saber para invertir

Escena clásica: llega el “H” asesor de fondos, al cual llamaste


después de haberte hecho bolas con cinco o seis compañías,


el de la institución que te recomendó tu cuate o simplemente


el que elegiste de tin-marín.
El trajeado sujeto empieza a expulsar a cien kilómetros


por hora palabras como “renta variable”, “fondo de cobertura”,


“interés compuesto”, “rendimiento histórico”, y una de


tres: o terminas mareado y le das la lana, tras persignarte para


que todo salga bien; te zambute un fondo que era como la


promoción del mes y al final del año no sabes si ganaste o


perdiste, o de plano sales huyendo.


Ese es el camino difícil, pero el más fácil es hacer las cosas


a TU modo: dile para qué quieres el dinero, cuándo piensas


utilizar cada cantidad y qué tanto puedes arriesgar ese dinero,


porque en realidad son los únicos factores que importan


para decidir qué instrumentos son los adecuados para ti.


¿Por qué? Cada instrumento tiene un nivel de riesgo diferente


y está hecho para un plazo determinado. Si realmente


quieres sacarle jugo a tus inversiones y evitarte sorpresitas


desagradables al momento de retirarlo, debes pensar más


en cuándo vas a usarlo que en el instrumento, llámese bolsa,


fondo de deuda, divisas…


Esto aplica también para inversiones que no son en instrumentos


sino, por ejemplo, en un negocio: ¿el dinero que


le piensas meter va a generar intereses para cuando los necesites


o lo usarás cuando apenas esté arrancando? En el


segundo caso, como el primer año de cualquier empresa jala


más recursos que los que genera, no podrías entrarle porque


no va con tus metas.


En términos generales puedes catalogar las metas o necesidades


en corto —de hoy a seis meses—, mediano —seis


meses a un año— y largo plazo —de un año hasta la eternidad.


Entre más pronto vayas a usar el dinero, menos riesgo


debe tener tu elección de inversión.


Los instrumentos tienen cuatro variables que te deben


importar:
✓ Liquidez. Cada cuánto tiempo puedes disponer de tu


dinero y qué penalizaciones pagas si necesitas sacarlo
 
antes. Esto también aplica para qué tan rápido podrías


vender un bien (ejemplo, un centenario), sin que fuera


castigado su precio.


✓ Horizonte. Cuál es el periodo ideal que tu dinero debe


estar invertido para que genere rendimientos óptimos


de acuerdo con el nivel de riesgo que asumes.


✓ Rendimiento. Cuánto dio en el pasado, que no es una


garantía de lo que pasará en el futuro, pero te da una


idea.


✓ Riesgo. Cuál es la posibilidad de que algo salga mal y si


así fuera, necesitas saber cuánto puedes perder.
 
Digamos que tienes $10 000 y que en seis meses vas a comprar


un boleto de avión que cuesta $5 000, quieres dejar


$3 000 para emergencias y $2 000 no los utilizarás por lo menos


en los próximos dos años. Puedes invertir en corto, mediano


y largo plazo.


Para los $3 000 necesitas un instrumento de liquidez diaria,


y entonces lo más lógico es que te ofrezcan un fondo de


deuda que da entre 3% y 4% de rendimiento anual, que no es


nada para escribir a casa, pero es el costo de tener el dinero


disponible para cualquier eventualidad.


Para los $5 000 necesitas algo seguro donde puedas disponer


en seis meses sin que haya cambios. Puede ser un fondo


de mediano plazo que dé hasta 6 por ciento.


Como los $2 000 no los usarás en este momento, puedes


meterlos a un fondo de mediano a largo plazo, por ejemplo


uno que invierta en Bolsa, que pueden dar en promedio 30%


anual, aunque hay de años a años. En 2008 la Bolsa cayó aproximadamente


-24.23% y en 2009 ganó 43.52 por ciento.


Puede sonar complicado, pero todo se reduce a tener


claras las metas financieras que tienes y respetar los tiempos


de inversión de cada instrumento. Cuéntale eso a tu asesor


y él podrá traducirlo al fondo adecuado, en vez de perder
 
el tiempo con tecnicismos. Más adelante puedes leer y


aprender sobre el tema, pero de entrada lo más importantes


es conocer la temporalidad de tus planes.

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