¿El orden establecido en tus finanzas te está llevando al desastre? Posiblemente sea el momento de una Revolución… y aprovechando que es el 102 aniversario de la mexicana ¡qué mejor día para empezar!
– Distribución de la riqueza: ¿A dónde se está yendo tu dinero? ¿Lo estás destinando a tus prioridades o a apantallar a todo mundo menos a ti mismo? ¿La forma en que gastas te ayuda a crecer patrimonialmente? ¿estás invirtiendo en crecer profesionalmente y cómo persona? ¿O de plano te estás auto-hipotecando?
– Cambio de poderes. ¿Controlas tu dinero o él a ti? Si sinceramente lo segundo es la realidad hay que enseñarle quién es el jefe: deja de ser presa de gastos por impulso, recorta categorías que no son prioritarias, haz inventario de tus deudas y proponte abonarles cada mes una cantidad o porcentaje más que ahora. Cuando seas tú quien decidas en qué se va tu quincena a ingresos ya podrás decir que las cosas han cambiado.
– Mantente alerta y celebra los triunfos. Ir ganando batallas contra tu cartera y celebrarlas puede mantenerte motivado para ganar la guerra. Ve trazando la ruta y cada vez que tengas un triunfo haz algo especial. No necesariamente tiene que ser comprar algo, puede ser cocinar algo especial, un paseo, agregar algo a un collage de metas o algo que te recuerde que vale la pena esto que estás haciendo.
– Tu nueva constitución. Escribe en papel cómo quieres que sea tu nueva vida financiera, qué está permitido y en qué no quieres volver a caer. Las finanzas personales son PERSONALES, por lo que tú haces las reglas, así que redáctalas y respétalas.
– Y lo que pocas revoluciones logran: Evita que regresen los vicios del pasado.
Puedes requerir pocos o muchos cambios, pero la verdadera revolución es que le den un vuelco a tu vida económica y que alcances un mayor grado de bienestar.
Entrando en el terreno de cosas a aplicar algunos de los cambios potencialmente revolucionarios que puedes tener son:
– Ahorrar al principio, no lo que «sobra», y de preferencia automatizalo.
– Aumentar los pagos que haces a las tarjetas. La diferencia entre sólo el mínimo y el doble del mínimo es monumental y entre más galleta le eches, más rápido pagas. Si crees que no puedes «rascarle mucho» intenta con 100 pesos más de lo que haces ahorita y cuando te acostumbres 100 más. Verás cómo se acelera.
– Deja de desperdiciar. Desde la comida o luz hasta desconociendo tus prestaciones o estando en una afore patito, hay una mina de oro en el dineral en lo que desaprovechamos. Algunas serán monedas cayendo hoy a tu bolsillo y otras simplemente monedas que impedirás que te falten en el futuro, pero en suma pueden hacer grandes diferencias.
– Genera ingresos extra. Es la forma más sencilla de ahorrar porque como no es dinero que estés acostumbrado a gastar, no te duele guardarlo ni sientes que estés sacrificando nada. De hecho puedes destinar todos esos ingresos a alguna meta que te ha costado alcanzar y vas a ver cómo la logras rápido. Yo así le hice para viajes y el colchón de mi maestría.
– Si eres freelance o empresario: dedícale algo de tiempo a tus impuestos y a aprender de deducciones. Puede que estés desaprovechando muchas.
¿Tú ya estás en la lucha? Cuéntame de tus tácticas y estrategias.
P.D. Hablando de… en el Museo Interactivo de Economía pueden ver los billetes de la revolución. En la sala permanente hay varios, pero ahorita hay una temporal de 800 monedas de la Independencia y la Revolución. Encontré pocos en Internet pero se los dejo. Uno de los blogs con más imágenes es Monedas y Billetes de México y de ahí salieron algunos de los que les pongo a continuación:
