De Random |
A veces aún de grandes, tener nuestras metas claras es lo más complicado, si de niños aprendiéramos a plantéarnoslas ¡cuánto más fácil sería nuestra vida tanto financiera como en el resto de los sentidos!
Me gusta que lo abordes desde hacerlo un proceso más gratificante, porque así crecerá pensando que el ahorro y en general el tema del dinero es algo positivo y que le puede ayudar a alcanzar sus sueños, en lugar de que sea algo angustiante.
¿Qué es lo que poco a poco debe aprender sobre metas esta chiquitita? primero a entender y visualizar que es lo que ella quiere -las metas deben ser nuestras y de nadie a más -, a ponerles un plazo, a poder posponer gustitos o caprichos inmediatos por algo que nos importa más y la parte gratificante: verlas materializarse.
Los niños son tan entusiastas que ¡hasta presupuestar puede ser un juego divertido! (sólo bastan papás dispuestos a jugarlo) y no hay que perder de vista que ellos aprenden haciendo más que oyendo o leyendo. En adelante sólo pondré algunos ejemplos, pero cada familia, conociendo a sus peques puede inventar otras formas de enseñarles a plantearse metas.
En el tema de platear la meta hay que platicar con la nena y saber qué tipo de cosas quiere, evidentemente no hay que crearle metas o consumismo, sino tratar de entender con ella sus gustos y anhelos. A veces basta con oír qué es lo que piden, para proponérselo como meta.
A veces podemos empezar con cosas pequeñas: en ocasiones los niños van al supermercado con nosotros y quieren algo ¿por qué no decirle que la próxima vez que vayamos al supermercado si ella ahorra un poco nosotros le pondremos una parte?
Una parte importante de las metas es visualizarlas: si la nena quisiera una bicicleta ¿por qué no dibujar juntos una , escribir el número que ella debe ahorrar (si es muy pequeña puede ser un dibujo de las monedas o billetes) y ponerla junto a la alcancía? Esto puede ser un trato: cuando sea tu cumpleaños, si ahorras «x» monto compramos tal.
Idealmente las metas deberían ser pequeñas al principio y alcanzables en lapsos cortos (de un domingo a otro, por ejemplo), precisamente para que los niños no se aburran o las vean difíciles de alcanzar… y conforme avancen pueden irse a la bicicleta, el campamento, la ida a un determinado parque de atracciones o cierto elemento en la fiesta de cumpleaños que ya tarden meses.
Dibujar en un calendario o marcar la fecha para la que están planeando también puede ser una buena idea, para introducir la noción de los plazos.
Guapóloga me contó que le regaló a su sobrino un trío de cerditos que tiene cada uno un propósito: uno es para su «gasto corriente» (dulces o la comida de la cafetería), otro para sus metas de mediano plazo como un juguete que quiera el niño y el tercero es para donativos a la Cruz Roja o cualquier otra causa que le guste.
Esto también puede ser útil porque le ayuda a entender los plazos, los «cajones» de un presupuesto y hasta la importancia de la generosidad.
Otro punto importante es que relacionen el dinero que reciben con algo o sepan por qué lo reciben ¿es una especie de «domingo»? ¿es siempre una cantidad fija que ella debe administrar? ¿o le damos todo el cambio que traemos en la bolsa? ¿siempre se lo damos en una fecha específica o cuando caiga? Es bueno que esa parte también tenga cierta estructura porque finalmente los recursos son escasos y hay que aprender a distribuirlos… si no caemos en el riesgo de que crean que los papás son una especie de cajero automático mágico o una máquina que hace monedas.
Tener el lugar u objeto para ahorrar es ya un avance, pero como bien está implícito en la pregunta, lo que cuenta es lo que puedan aprender alrededor de este hábito.
Espero esto sirva y de nuevo ¡Muchas Felicidades y suerte con la pequeñititita cerdititita capitalista! Oink$$$!!!