Siempre he pensado que «hacer como que trabajamos» a veces cuesta más trabajo que en serio trabajar (si no pregúntenles a las burócratas de torta y/o lima de uñas en mano que ¡cómo se cansan!)… y creo que este principio funciona también para nuestro dinero.
Simular que nos ocupamos de nuestras finanzas o auto-dorarnos la píldora, puede que tenga resultados psicológicamente satisfactorios, nos de paz mental y nos deje dormir tranquilos pensando que hay un «pendiente» más que podemos palomear… pero la verdad no cambia nada en nuestro estado de cuenta.
Ahí les van algunos ejemplos que creo son bastante ilustrativos de a qué me refiero:
1.- Anotar los gastos… pero nunca hacer corte de caja o de verdad sentarnos a ver en qué recortar para tener un presupuesto decente. Una variante de esto es descargar/comprar el app para los presupuestos o registro de gastos y sólo usarla 5 días.
¡Claro qué es útil anotar nuestros gastos!… pero si nunca llegas a la parte de analizarlos te estuviste dando atole con el dedo todo este tiempo. Lo siento, no quiero emplear rudeza innecesaria, pero esa es la verdad.
2.- Inventar categorías de ahorro… esto requiere una amplia dosis de creatividad pero aunque no lo crean hay gente que se «inventa» gastos para recortar. Yo no podía jamás recortar el café DIARIO de starbucks/cielito querido (igual de caro o más pero con nombres mexicanos y agua de horchata)… simplemente porque casi no tomo café, entonces si mi propósito es ahorrar cafés muy probablemente:
a) sea una gran falacia
b) termine tomando cafés y si presupuestaría imaginariamente 6 al mes me siento REbien porque sólo tomé 2 que antes no tomaba.
Parece broma, pero conozco casos.
3. Hacer un presupuesto tan pero tan ahorrativo que ni un ermitaño lo pueda seguir. Está bien querer ahorrar, pero el papel no lo hará solito, si los numeritos que echaste no tienen nada que ver con tu vida real ¡felicidades por tener un presupuesto! es más ¡enmárcalo de recuerdo! pero sólo de eso, porque la verdad no te servirá para controlar mejor tus gastos ni para ahorrar.
4. Buscar LA MEJOR INVERSIÓN DEL MUNDO MUNDIAL (y no invertir hasta encontrarla). La lista de mis amigos que no han empezado a invertir porque siguen buscando la mejor inversión sería mas larga que la de los invitados a la boda del príncipe William y Kate (Middelton, no del Castillo, que ya dijo que nunca se va a casar) y esto es porque es uno de los mejores postergadores de la decisión.
Ya sea porque a la primera no la ves o porque de intensoooo te metes a 100 páginas, haces 80 cálculos, hablas con treinta asesores y para cuando vas en el quinto ya se te olvidó el primero. No digo que te vayas con lo primero pero a invertir también se aprende, así que trata de buscar algo que te convenza y entiendas medianamente (ejemplo, algo de corto plazo para que lo puedas mover cuando encuentres la inversión de tus sueños), un asesor que sí se interese por tus metas y tenga cara de que le darás seguimiento a tu inversión y¡deja la decidia! Hay gente que de verdad se la puede pasar pidiendo informes y nunca ejecutar… a menos que te estés ligando a la del call center, eso no es muy productivo.
5. Comprar un producto para llenar el requisito. Ya sea un seguro -que ni te fijaste si te convenía realmente ni viste las cláusulas, registrarte a una afore o una pagaré para que «trabaje» tu dinero (cuando es el que paga menos del mercado y tú solo lo elegiste porque era el de tu banco).
No digo que tengas que resolver tooooda tu vida financiera de golpe ¡al contrario! es mejor tomar una tarea al mes y hacerla bien (porque eso sí tendrá un impacto positivo en tus finanzas) que agarrar una cruzada financiera y medio hacer cuatro cosas que sólo te agotarán y no agregarán ceros a tu cuenta.
Confíesen ¿ustedes con qué se auto doran la píldora en finanzas personales?
Bonita semana. Oink$$$!!!
Simular que nos ocupamos de nuestras finanzas o auto-dorarnos la píldora, puede que tenga resultados psicológicamente satisfactorios, nos de paz mental y nos deje dormir tranquilos pensando que hay un «pendiente» más que podemos palomear… pero la verdad no cambia nada en nuestro estado de cuenta.
Ahí les van algunos ejemplos que creo son bastante ilustrativos de a qué me refiero:
1.- Anotar los gastos… pero nunca hacer corte de caja o de verdad sentarnos a ver en qué recortar para tener un presupuesto decente. Una variante de esto es descargar/comprar el app para los presupuestos o registro de gastos y sólo usarla 5 días.
¡Claro qué es útil anotar nuestros gastos!… pero si nunca llegas a la parte de analizarlos te estuviste dando atole con el dedo todo este tiempo. Lo siento, no quiero emplear rudeza innecesaria, pero esa es la verdad.
2.- Inventar categorías de ahorro… esto requiere una amplia dosis de creatividad pero aunque no lo crean hay gente que se «inventa» gastos para recortar. Yo no podía jamás recortar el café DIARIO de starbucks/cielito querido (igual de caro o más pero con nombres mexicanos y agua de horchata)… simplemente porque casi no tomo café, entonces si mi propósito es ahorrar cafés muy probablemente:
a) sea una gran falacia
b) termine tomando cafés y si presupuestaría imaginariamente 6 al mes me siento REbien porque sólo tomé 2 que antes no tomaba.
Parece broma, pero conozco casos.
3. Hacer un presupuesto tan pero tan ahorrativo que ni un ermitaño lo pueda seguir. Está bien querer ahorrar, pero el papel no lo hará solito, si los numeritos que echaste no tienen nada que ver con tu vida real ¡felicidades por tener un presupuesto! es más ¡enmárcalo de recuerdo! pero sólo de eso, porque la verdad no te servirá para controlar mejor tus gastos ni para ahorrar.
4. Buscar LA MEJOR INVERSIÓN DEL MUNDO MUNDIAL (y no invertir hasta encontrarla). La lista de mis amigos que no han empezado a invertir porque siguen buscando la mejor inversión sería mas larga que la de los invitados a la boda del príncipe William y Kate (Middelton, no del Castillo, que ya dijo que nunca se va a casar) y esto es porque es uno de los mejores postergadores de la decisión.
Ya sea porque a la primera no la ves o porque de intensoooo te metes a 100 páginas, haces 80 cálculos, hablas con treinta asesores y para cuando vas en el quinto ya se te olvidó el primero. No digo que te vayas con lo primero pero a invertir también se aprende, así que trata de buscar algo que te convenza y entiendas medianamente (ejemplo, algo de corto plazo para que lo puedas mover cuando encuentres la inversión de tus sueños), un asesor que sí se interese por tus metas y tenga cara de que le darás seguimiento a tu inversión y¡deja la decidia! Hay gente que de verdad se la puede pasar pidiendo informes y nunca ejecutar… a menos que te estés ligando a la del call center, eso no es muy productivo.
5. Comprar un producto para llenar el requisito. Ya sea un seguro -que ni te fijaste si te convenía realmente ni viste las cláusulas, registrarte a una afore o una pagaré para que «trabaje» tu dinero (cuando es el que paga menos del mercado y tú solo lo elegiste porque era el de tu banco).
No digo que tengas que resolver tooooda tu vida financiera de golpe ¡al contrario! es mejor tomar una tarea al mes y hacerla bien (porque eso sí tendrá un impacto positivo en tus finanzas) que agarrar una cruzada financiera y medio hacer cuatro cosas que sólo te agotarán y no agregarán ceros a tu cuenta.
Confíesen ¿ustedes con qué se auto doran la píldora en finanzas personales?
Bonita semana. Oink$$$!!!