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Fondo de emergencia: cómo juntarlo y para qué usarlo

Fondo de emergencia

Fondo de emergencia: ¿para qué es?, ¿para qué no es?, ¿cuánto necesitas?, ¿en dónde tenerlo? y porque tu tarjeta de crédito NO es para emergencias.

Esta es una pregunta que nos hacen muchísimo en redes sociales. Así que hoy esperamos aclarar todas las dudas que tienes sobre el fondo de emergencia: ¿para qué es?, ¿para qué no es?, ¿cuánto necesitas?, ¿en dónde tenerlo? y porque tu tarjeta de crédito NO es para emergencias.

Empecemos por qué necesitas el fondo de emergencia. Todos hemos estado salados en algún momento: se te ponchó una llanta, se rompió la regadera, te quedaste sin trabajo, perdiste el celular o te hospitalizaron -o a alguien que depende de ti- y tendrías que pedir prestado. 

Si no te han pasado alguna de estas, seguro te han pasado similares; entonces te URGE crear tu fondo de emergencia. De hecho, siempre debes tenerlo porque sirve para estos momentos donde no debería preocuparte el: ¿de dónde voy a sacar el dinero?

El fondo de emergencia es para:

Este dinero que estás apartando es para imprevistos. Por ejemplo, los desperfectos que no cubren los seguros o para pagar el valor del deducible, a lo mejor tu refri se descompuso y tuviste que cambiarlo de ya, porque ni modo que todo se te eche a perder.

Pero, para lo que definitivamente NO debes usarlo es que: tu banda favorita viene a la ciudad y quieres comprar boletos o que viste la bolsa que siempre quisiste en oferta -recuerda que las rebajas es gastar con descuento-; esas no son emergencias.

El fondo de emergencia tampoco es para pagar tus deudas; para eso debes tener una parte de tu presupuesto apartado para esos propósitos. Que sí es importante pagarlas, pero como ya sabes que tienes que hacerlo, no te tomaron «por sorpresa».

¿Cuánto necesitas tener guardado?

La medida es: ni muy muy, ni tan tan, lo justo. Aquí debes tener en cuenta qué tamaño de emergencias pueden sucederte. Con la pandemia muchas personas perdieron su trabajo; si tenían su fondo, no se preocuparon mucho en lo que se conseguían uno nuevo, pero si no habían guardado nada, entonces sufrieron por pensar “¿qué iban a hacer para la próxima quincena?”.

La regla es que tengas de 3 a 6 meses de tu sueldo para este fin. Por ejemplo, si ganas $10,000 (500 dólares), entonces tu fondo de emergencia debería de ser $30,000 (1,500 dólares). Esto es si tienes un trabajo estable.

Si eres freelance, entonces sí es mejor tener un fondo más grande para los meses de las vacas flacas y para poder cubrir los gastos mensuales.

Considera también que si tienes demasiado, entonces estarías perdiendo la oportunidad de invertir ese dinero y generar excedentes. Y tampoco puede ser tan poco, porque luego no te alcanza para las emergencias grandes.

Para hacer este cálculo, piensa cuánto gastaste en tu última emergencia y cuánto supones que necesitarías para la emergencia más cara que podría ocurrir. Haz un promedio entre estos dos y réstale lo que tienes ahorrado; no te preocupes si estás en 0, siempre puedes empezar. 

¿Cuánto tiempo te tomará?

Puedes tomar la cantidad, regresemos al ejemplo de los $10,000, y dividirlo en un año -12 meses-. Para cumplir esa meta de mediano plazo, necesitarías ahorrar $850 al mes y puedes lograrlo de aquí a julio de 2024.

Esta regla te puede ayudar para otras opciones. Por ejemplo, si piensas ahorrar $60,000 porque eres freelance, entonces puede ser una meta a largo plazo y que te tome dos años lograrlo. Aunque en vez de juntar 8.5%, puedes apartar 17% -si tus finanzas te lo permiten-, y también lograrlo en 3 años.

Si quieres completarlo más rápido, solo tienes que subir el porcentaje de acuerdo al tiempo en que lo quieres lograr.

Lo importante es que tu fondo de emergencia sea una más de tus metas; con un porcentaje que vas a apartar mensualmente y una fecha límite donde debes lograrlo. Así que, ¡pon manos a la obra!

Reglas importantes de tu fondo de emergencia

La regla principal es: si lo tomas, lo regresas. O sea, si es para pagar las emergencias, pero después de usarlo debes comprometerte a reponerlo, lo más pronto posible. Así no estarás con el pendiente de que está “incompleto”.

Lo siguiente es que debe estar en un lugar donde te genere rendimientos, aunque sean bajitos, como Cetes; puedes ver esta tabla de instrumentos de inversión para que te des una idea. Lo otro es que debes tenerlo separado de tu ahorro, para que no se te confunda qué es qué y siempre sepas cuánto tienes disponible.

Revisa cuáles son los términos para disponer de tu dinero: si es automático, si toma un par de días o un poco más. Así podrás pedir prestado, pero con la garantía de que puedes reponerlo en el menor tiempo posible. Chécalo antes de, no cuando ya tengas la emergencia, para que así estés listo.

Por último: ¡tu tarjeta de crédito no es tu fondo de emergencia! Apúntalo en algún lado, porque así como no es una extensión de tus ingresos tampoco es para estas situaciones. Sí puedes pagar el arreglo del refri y luego pagar con el fondo la tarjeta. Sin embargo, nunca debe ser tu solución dar el tarjetazo. 

Con esto ya estás listo para cualquier eventualidad que se te presente.

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