Icono del sitio Pequeño Cerdo Capitalista

El secreto para NO hacer presupuestos mes a mes

Si vieron el foro de «secretos del dinero» de Publimetro muy probablemente les haya dado el patatús cuando dije que mi secreto era no hacer presupuesto mes a mes… Esto no es exactamente un consejo de que ustedes no lo hagan, sino algo a lo que llegué después de agarrarme la onda a mi misma (y respetar los propios límites de gasto que yo me puse). 


¿Cómo? ¿Cómo? Pues muy fácil: cuando ya automatizaste tu ahorro  – te aplicas le «quítamelo que me lo gasto» -, decidiste con qué monto vas a vivir y conoces taaaan bien tus gastos que sabes cuándo te estás saliendo del huacal, ya no necesitas hacer un presupuesto cada mes y de todos modos puedes vivir sin sufrir por el fin de la quincena/ mes o lo que te toque… es más los freelance pueden hacerlo con sus ingresos fluctuantes. 


De alguna manera, el secreto para librarse de hacer un presupuesto es ya sabérselo de memoria y conocerse muuuuy bien.


Hay otras cosas que probablemente sí necesites como tener algún mecanismo de «control»… mi caso: mi Inteligentófono -término que me fusilé de @angelbc- tiene una aplicación para registro de gastos en el que yo le meto el dinero que me he auto asignado como lana de la «quincena», que ya no me pagan así pero eso es un vestigio de mi vida pasada en nómina, y meto tooodos mis gastos, incluso si son 5 pesos para una paleta, y cuando veo que ya me estoy alocando , le bajo a otras categorías.


Si NUNCA han hecho un presupuesto CLARO que tienen que hacer uno, es más yo hago uno cada que mi vida cambia : el primero fue cuando tenía  15 y me empezaron a dar una «mesada» más sustanciosa, el segundo cuando recibí mi primer sueldo, el tercero en la maestría -gastos en euros y muuuuy distintos- y el cuarto ahora que regresé.


La cosa es que  si hacen bien su presupuesto anual y sobre todo llegan a controlar sus gastos -y no que ellos los controlen a ustedes- al grado de que puedan bajarle o subirle a voluntad, entonces ya no necesitarán toooodos los meses sentarse a escribir categoría por categoría, caminará solito.


Esto como el resto de las cosas de finanzas personales es PERSONAL, habrá quien prefiera hacer presupuestos siempre porque si no siente que se sale del carril, otros puede que prefieran ejercitar sus habilidades de control de gastos y darle carpetazo a esta tarea hasta nuevo aviso (o cambio de vida, prioridades o de meta de ahorro), pero el secreto está en ver qué es lo que mejor te funciona y cuáles son las actividades financieras que mayores beneficios te reportan.


Una parte importante de este paso es que no basta con «escribir» presupuestos ideales de la frugalidad, sino construirlos funcionales para que se cumplan. Conozco mucha gente que se la vive haciendo presupuestos de los que siempre se sale… porque no son realistas o invierten más tiempo en el papel que en analizar sus patrones de consumo y vigilar que no les brinquen «me lo merezco»s y «gastos con descuento» por doquier. Parte de librarse de los presupuestos es aunque sea una obviedad: saber vivir dentro del presupuesto, sin aplicar la de este mes si ahorro y para el otro no me alcanzó.


¿Y qué necesitarías para lograrlo?
– Conocer bien tus gastos e identificar los que son sujetos a «mochón» cuando te pasaste en un rubro o te salieron gastos inesperados (estos en general se llaman «gastos variables» y la categoría más representativa es «entretenimiento», donde tú puedes bajarle o sustituir por actividades más baratas).
– Separar el ahorro desde el principio… si no, siempre tendrás a dónde darle baje si te pasaste de gastalón ese mes.
– Tener un fondo de emergencias. Los imprevistos son la razón #1 por la que nos salimos de presupuesto (o la 2 si es que te sales por darte gustitos), así que si ya tienes una partida fuera de presupuesto para esto, es más fácil que te ajustes. Otra opción para no vaciar el fondo es regresar al punto 1 y darle mate a algunos gastos variables momentáneamente.
– Llevar un control por si te sales del huacal: ya sea anotar tooodos tus gastos (lo óptimo) o pagar con plástico casi todo y revisar muuuy bien tus estados de cuenta, hay que tener manera de saber en qué se fue el dinero los meses que no cuadro el tema.
– Estar convencido de que así quieres gastar. Si es una imposición y no estás convencido y lo haces sólo porque la gente dice que hay que ahorrar, esto no va  a funcionar.


Para que esto suceda las «etapas serían»:
1. Registro: por un periodo de mínimo 3 meses anoten tooooodos sus gastos… si se pueden encarrilar a que sea de pro vida ¡mejor!
En esta parte lo importante es que se conozcan y sepan cuánto se gastan en gasolina y no cuánto creen que se gastan, cuánto se echan en propinas y no lo que suponen, cuánto en chelas o comidas fuera o salón de belleza o toooodo.
2. Vaciar los gastos reales. No basta anotar, hay que analizarlos como un todo para pasar de en lo que gastamos a en lo que queremos destinar el dinero.
Lo ideal es que lo hagan de manera «jerarquizada» es decir una lista que hasta arriba vaya lo más indispensable (comida) y que hasta abajo lo que a ustedes les parezca lo más superfluo (ahí no puedo sugerir). Arriba de comida o abajo cuando mucho hay que poner un gasto que se llame «ahorro», del monto que quieran, pero que siempre esté ahí. Eso sí: aparte de la categoría hay que habilitar algún mecanismo que nos descuente esa lana para que no se nos olvide «esa cuenta».
Algo importante de acá son los gastos estacionales: no siempre hay verificación, no siempre hay que pagar seguros, pero ir juntando a lo largo del año el colchoncito para esto es más fácil a que nos agarre en curva y desbarajuste todo el presupuesto.
3. Teniendo esa lista ahora sí a moverle: dónde podemos eliminar 100% el gasto, en dónde reducir la frecuencia o cantidad y cuáles podríamos sustituir por otras cosas para ahorrar. Ojo especial a los gastos variables. Obvio, el movimiento no debe ser sólo en papel, también en la vida real.
4. Con esto podrán tener claro cuánto se pueden gastar en cada rubro y ahí viene lo interesante: si pueden usar algún formulario de Excel (en Expansión tienen uno para descargar http://www.cnnexpansion.com/midinero/2008/09/18/bfa-donde-se-llevaron-mi-sueldo, pero también se puede encontrar la plantilla en Office) o alguna aplicación que les ponga los montos máximos para cada cosa y les lance un aviso cuando se pasen ¡maravilloso! Lo ideal es que después poco a poco ustedes se acostumbren y cuando se estén pasando o le bajen a esa categoría o a otro rubro para compensar.
Yo soy más partidaria de las aplicaciones que puedes traer en el teléfono porque no se te olvida anotar gastos y es más fácil que entre la angustia de que te andas acabando la lana cuando quedan ocho días para tu próximo pago, pero cada quién.
5. Los primeros meses revisen qué tan apegados están al plan y hagan los ajustes necesarios.
6. Consideren en su presupuesto un pequeño premio periódico para cuando lo sigan al pie de la letra y no tengan que estarle rascando a la cuenta días antes del siguiente pago.
7. Ya que lo hayan seguido bien unos tres meses, intenten un mes ponerlo en práctica mediante «piloto automático», separando el ahorro desde el principio, y evalúen qué tal les va.


Al paso del tiempo y con práctica muy probablemente puedan dejar lo de hacer presupuestos como una actividad esporádica o relacionada con los cambios de su vida y no mensual.
No te vayas a la quiebra. Sígueme

Salir de la versión móvil