Temo desilusionarte, pero la probabilidad de que te ganes el Melate es de 1 en 32.5 millones (en este post la explicación). Si a eso le sumamos que la tía Eduviges no se le ven intenciones de heredarte, para sortear la cuesta de enero y salir de pobre en 2013 estás a mereced de tu astucia financiera y qué tan buenos sean tus propósitos financieros de año nuevo.
No es misión imposible. Aunque empezaras los años anteriores diciendo que ahora sí ibas a ahorrar y acabaras con deudas de 90,000 pesos o al menos 50% de tu sueldo a 48 meses sin intereses -cortesía del Buen Fin-, no te agüites: bastan algunos pequeños ajustes para lograr el famoso próspero año nuevo.
Lo primero es hacer buenos propósitos. No me refiero a que tengas que pensar sólo en la paz mundial o frenar el cambio climático, sino dejar a un lado el formato «sueño guajiro» y cambiarlo por «meta efectiva». Es decir, tener propósitos específicos (si es un viaje, a dónde y cuánto tiempo), echarle numeritos al asunto (cuánto cuesta), ponerle una fecha (si dices » algún día», seguro te alcanza la jubilación y no llega) y tener claro el cómo del asunto.
La segunda parte es «que te dure la gasolina». No es sorpresa que los gimnasios vendan carretonadas de membresías en enero…y para abril ni las moscas se paren en sus instalaciones. Empezamos el año con mucha enjundia, motivación y buena dosis de «hoy voy a cambiar», pero pronto nos acomodamos a los viejos vicios y tiramos la toalla. La mayor razón es que nuestras metas no tienen pasos intermedios («Quiero bajar 12 kilos», siempre será más intimidante que «quiero bajar un kilo cada mes en un año»). Parte tu meta en cachitos, para que veas cómo vas y celebra lo que sí vayas logrando.
Mucha planeación, pero ahora ¿qué hacemos con los dineros?
Vamos por lo urgente: Brincar la cuesta.
Enero es un mes de shock por dos razones: debemos hasta la camisa por el fiestón de fin de año y para acabarla de amolar ¡suben los precios! Voluntariamente a fuerza nos pone en «modo de austeridad».
Empieza por bajar los gastos variables (vota por planes «caseros» y dale moche a las membresías y suscripciones que uses poco), cuida el doble tu consumo de energía, gasolina y servicios (electricidad y gasolina es de lo primero que sube). Aunque no es precisamente entretenido hay que hacer nuevo presupuesto y de preferencia, anual. Mejor ahora que estás en «año nuevo, vida nueva», que en marzo cuando solo piensas en las vacaciones de Semana Santa. Temo decirte que hacer inventario de deudas y ordenarlas por costo, para ver a cuál echarle más galleta, también queda en calidad de urgente.
¿Y el resto del año?
Vamos contra los errores clásicos:
Deja de ahorrar «lo que te sobra». El dinero nunca sobra, siempre se nos atraviesa una ida a la tiendita, comida, Acapulcazo o tentación similar que se lleva el dinero que iría al cochinito. Aplica el «quítamelo que me lo gasto», es decir, separa el monto que quieras ahorrar en cuanto recibas tus ingresos. Si no lo tienes ¿Cómo lo despilfarras?
Vuélvete «totalero». Deja de engrosar carteras de banqueros con todos los intereses que les abonas. Si pagas sólo el mínimo de tu tarjeta de puedes echar 13 años con la misma deuda (eso si no le echas más) y que te cueste prácticamente el doble que de contado. Si no me crees, pregúntale a la calculadora de la Condusef. Haz el esfuerzo por pagar al menos el doble del mínimo y súbele, hasta que sea el total. El ahorro en intereses podría pagar las vacaciones por las que suspiras. Por cierto, a partir del 4 de enero del 2013 suben los pagos mínimos por una modificación en la metodología de cálculo. Acá pueden ver un post buenísimo de El Peso Nuestro al respecto. Más adelante haré un post de por qué aunque será MUY complicado para los que hoy solo pagan el mínimo, a la larga es un cambio positivo, para no eternizarse con las deudas y que el costo sea un poco menor.
No le hagas el feo a «Lolita». Tú le tienes pánico a Hacienda, pero podría regresarte lana los intereses por arriba de la inflación que pagas de tu crédito hipotecario o tu seguro de gastos médicos. Averigua. Esta serie de posts es sobre el fisco.
¿Salado, salinas, salitre? Si tu última causa de endeudamiento o boicot a alguna meta de ahorro fue pagar el deducible de tu coche, llevar al perro al veterinario, un gasto médico que no cubría el seguro o un periodo sin chamba, te hace falta un fondo de emergencia. Ve juntando mes a mes algo, hasta que llegues a tres meses de tus gastos. Recuerda que tu fondo de emergencia también protege tus metas, ya que si tienes un imprevisto no tendrás que romper el cochinito del viaje o perderte el concierto para pagarlo.
Pare de sufrir. Nadie pretende que ahorres solo para acumular una montaña de dinero tipo rico McPato o únicamente para los imprevistos y tragedias de la vida; viajes, conciertos, libros, discos, gadgets, tus gustos y deleites también deberían tener su renglón en tu presupuesto. Empieza a planear y evita el tarjetazo feroz en abril o rocktubre.
Con esta alineación y balanceo a tu cartera, tus probabilidades de cerrar el año en superávit son de 1 en 1…. bastantes superiores a las de jugarle «el número de siempre», con la de la papelería los miércoles y domingos.
¡Próspero 2013!